jueves, 21 de julio de 2011

Alberto

Últimamente todo pasa rápido y monótono, como si ya supiera lo que va a pasar y simplemente cumplo con mi papel como persona; no es que este perdiendo la creatividad ni la imaginación, las ideas llegan, pero después se esfuman tan rápido como llegaron. No sonrío mucho, por lo general cuando llego a hacerlo es de compromiso.

Conseguí un empleo, y no, no me hace feliz, aunque finjo sentirme bien con el, pero para ser franco siento que me estoy fallando a mi mismo, que me dejé derrotar, tanto que criticaba el hecho de trabajar ocho horas diarias siguiendo ordenes de un pendejo y por un misero sueldo, y . . . pues bueno.

Ya no percibo a las personas como antes, ahora para mi es igual tratar a un niño de siete años como a una señora de setenta y cinco, aunque la verdad preferiría no tratar a ninguno. Apenas yo me entiendo con eso de "percibir a las personas".

Mis papás están orgullosos de mi, me corté el pelo, me quité el piercing, gano mi propio dinero, entraré a la escuela de nuevo, incluso a veces platico con ellos, ¿Será eso a lo que llaman "madurez"? si es así prefería que regresara de donde vino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario